La obesidad es una enfermedad crónica, cuyas cifras a nivel mundial continúan en aumento. En México este patrón es alarmantemente, ya que las cifras de la Encuesta Nacional de Salud 2006 de la Secretaría de Salud reportan que cerca del 70% de la población mayor de 20 años de edad tiene sobrepeso y obesidad (mujeres 71.9%, hombres 66.7%), de los cuales el 30% cumplen los criterios para el diagnóstico de obesidad.

Estas cifras han aumentado con el paso del tiempo, ya que en el año 2000 el 24% de la población sufría de obesidad, en comparación con el 21.5% en 1993. La prevalencia tan alta de obesidad y sobrepeso no es exclusiva de los adultos; en el 2006, las cifras de sobrepeso y obesidad en la población de niños entre 5 y 11 años de edad, así como en la de adolescentes entre 12 y 19 años de edad, fueron de 26 y 32.3%, respectivamente.

Al afectar a todo el organismo, la obesidad aumenta el riesgo para desarrollar distintas enfermedades, e incluso la muerte. Además de estos riesgos en la salud, los pacientes obesos se acompañan con frecuencia de enfermedades como la diabetes, hipertensión y problemas respiratorios, aumentando los riesgos a la salud y comprometiendo aún más la calidad de vida de estos pacientes.