OBESIDAD: Complicaciones

Al afectar a todo el organismo, la obesidad aumenta el riesgo de padeceder distintas enfermedades e incluso la muerte. Las mas estudiadas son la diabetes, la hipertensión, varios tipos de cáncer, y problemas respiratorios. Muchas de estas enfermedades son controlables, pero sus consecuencias a largo plazo son inevitables.

 
Síndrome metabólico y diabetes mellitus.

La diabetes es sin duda la complicación de la obesidad más estudiada. De todos los casos nuevos de diabetes, casi el 90% presenta cierto grado de sobrepeso u obesidad, y el riesgo de padecer diabetes aumenta progresivamente conforme aumenta el grado de obesidad.

El síndrome metabólico, también llamado síndrome “X”, se caracteriza por resistencia a la insulina, alteraciones en los lípidos, hipertensión arterial y exceso de grasa corporal. En este estado “prediabético”, las células que contienen a la grasa corporal producen substancias que interfieren con el metabolismo, causando resistencia a la insulina, de modo que el páncreas tiene que liberar mayores cantidades de insulina para controlar los niveles de glucosa o azúcar en la sangre.

Eventualmente, este estado de exceso de insulina repercute en el páncreas, de modo que la insulina que produce se vuelve insuficiente o inservible, causando diabetes.

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Hipertensión arterial sistémica y enfermedades cardiovasculares.

Existen diversos y complejos mecanismos por los cuales la obesidad contribuye a la hipertensión arterial, en los que participan diversos tejidos y substancias prácticamente en todo el cuerpo humano.

La obesidad es el causante de alrededor del 70% de los casos de hipertensión esencial, y es una de las pocas causas modificables de hipertensión.

Conforme aumenta el grado de obesidad, también aumentan las alteraciones en los lípidos de la sangre, particularmente las lipoproteínas de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés), conocidas como “colesterol malo”. Las cifras altas de estas lipoproteínas provocan la formación de placas de ateroma, las cuales obstruyen progresivamente el flujo de sangre al corazón y al cerebro, provocando infartos y embolias.

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Complicaciones respiratorias.

El exceso de grasa en el cuerpo afecta la movilidad de músculos y huesos que participan en la respiración, haciéndola cada vez más difícil. La consecuencia más grave de la obesidad a nivel respiratorio es la apnea del sueño, en donde la grasa se deposita en los tejidos que rodean a la garganta de los pacientes obesos, de modo que cuando se relajan estos tejidos obstruyen el paso de aire hacia las vías aéreas. Esta obstrucción interrumpe la respiración y por ende el sueño, de modo que es imposible descansar y conciliar un sueño reparador, y los pacientes padecen fatiga crónica.

En los estados más avanzados de esta enfermedad, además del riesgo de padecer hipertensión, infartos e insuficiencia cardiaca, los pacientes con fatiga crónica corren el riesgo de quedarse dormidos haciendo sus actividades cotidianas, incluso mientras conducen, poniéndolos en un altísimo riesgo de sufrir accidentes que pueden producir la muerte.

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Cáncer.

La obesidad juega un papel muy importante para el desarrollo de distintos tipos de cáncer. Los que más se relacionan con la obesidad son los cánceres de seno, endometrio (el recubrimiento interior del útero), colon o intestino grueso, esófago y riñón.

La obesidad favorece la aparición de algunos de estos tipos de cáncer por las alteraciones hormonales que produce, como en el cáncer de seno, por ejemplo. Los pacientes obesos tienen mayores concentraciones de estrógenos, lo que a su vez se traduce en un muy alto riesgo de desarrollar cáncer de seno.

Esta relación entre el exceso de estrógenos y el riesgo de desarrollar cáncer es todavía más evidente en el recubrimiento interno del útero, llamado endometrio. Los estrógenos favorecen la multiplicación del endometrio, lo que eventualmente puede convertirse en una proliferación descontrolada, causando cáncer.

El exceso de grasa corporal también provoca un aumento de la presión intra-abdominal. Cuando la presión intraabdominal llega a cifras elevadas, el estómago es incapaz de vencer esta presión y el contenido ácido del estómago se regresa al esófago. Este reflujo gastroesofágico es uno de los principales mecanismos involucrados en el desarrollo del cáncer de esófago.

Cuando se elimina el exceso de grasa corporal, estos efectos hormonales y mecánicos desaparecen. Por esta razón, la obesidad se considera uno de los pocos factores prevenibles para el desarrollo de cáncer, siempre y cuando se trate correctamente y a largo plazo.

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Otras enfermedades.

La obesidad ha sido estudiada a nivel mundial desde hace mucho tiempo. Estos estudios han demostrado que juega un papel muy importante tanto en el desarrollo como en la progresión de diferentes enfermedades. Algunas de las más importantes se resumen en la siguiente tabla.

SISTEMA

ESTADO PATOLÓGICO ASOCIADO

Cardiovascular

Hipertensión arterial
Enfermedad coronaria
Enfermedad cerebrovascular
Fibriliacón auricular
Insuficiencia cardiaca congestiva
Dislipidemias
Enfermedad vascular periférica

Metabólico

Resistencia a la insulina
Síndrome metabólico
Diabetes mellitus tipo 2
Hiperuricemia y gota

Pulmonar

Apnea del sueño
Restricción pulmonar e hipoventilación
Hipertensión pulmonar

Musculoesquelético

Dolor crónico en las articulaciones
Osteoartrosis de la columna, cadera, rodillas, pies y manos

Gastrointestinal

Esteatohepatitis no-alcohólica
Refelujo gastroesofágico
Cálculos en la vesícula biliar
Cáncer de colon, esófago, vesícula, páncreas

Dermatológico

Acantosis nigricans
Estrías
Hiperpigmentación
Linfedema
Intertrigo

Hematopoyético

Linfoma no-Hodgkin

Genitourinario

Microalbuminuria
Cáncer de riñón, próstata, útero, cérvix, endometrial

Neurológico

Enfermedad cerebrovascular
Neuropatías somáticas

Endocrinológico

Hipogonadismo masculino
Síndrome de ovarios poliquísticos
Infertilidad
Complicaciones del embarazo (pre-eclampsia,
      partos complicados, macrosomía, muerte perinatal)

Psicológico

Depresión

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Obesidad y mortalidad.

Diversos estudios han demostrado que la obesidad es un factor de riesgo importante para morir tempranamente, tanto en individuos jóvenes como en adultos, y sobretodo en pacientes que no tienen ninguna otra enfermedad. Además, otros estudios han demostrado que la obesidad acorta drásticamente la esperanza de vida, de modo que los pacientes obesos viven hasta un 22% menos que los pacientes no obesos.

Para ejemplificar este fenómeno, si la esperanza de vida promedio para los mexicanos es de 78 años, los pacientes con obesidad mórbida tendrían una esperanza de vida de 61 años, es decir, 17 años menos que los pacientes no obesos.

Se ha demostrado que existe una relación directamente proporcional entre el aumento en el Índice de masa corporal y la mortalidad, de modo que el riesgo más alto lo tienen los pacientes con un IMC mayor a 40. Al igual que pasa con los demás efectos nocivos de la obesidad, estos riesgos se aminoran cuando el exceso de grasa corporal desciende.

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